lunes, 25 de agosto de 2008

Lo peor que te pasó es ser alérgico al nylon? Comete esta....

Esta nota me hace replantear de mis quejas matutinas acerca de tener esta panza cervecera... En fin, no lo tomen como "mal de muchos, consuelo de tontos", si no como una suerte de denuncia para que nos demos cuenta de que hay obstáculos que la raza humana todavía no ha podido evitar... Tanto de raíz médica... como social. Por ejemplo, alguna vez pasaste una semana en silla de ruedas? Ya hablaremos de eso...


Fuente: Diario Clarin on line, 25-o8-2008
http://www.clarin.com/diario/2008/08/25/conexiones/t-01743797.htm

Ashleigh Morris tiene 19 años y vive en Melbourne , Australia. Estudia periodismo y trabaja. Si no fuera por un raro trastorno cutáneo que la hace alérgica al agua (urticaria acuagénica), pasaría desapercibida entre miles de jóvenes. Ella no puede hacer surf o darse un baño de inmersión. Y cómo si esto fuera poco, además de las complicaciones diarias que sufre, también debe soportar que todos le pregunten cómo hace para asearse todos los días. No se sabe cuántos casos existen en el mundo, se cree que pocos de acuerdo a la bibliografía existente.

"Se calcula que la urticaria aguda afecta a 20% de la población a escala mundial", explica un informe publicado por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste. Y destaca que dentro de los detonantes físicos que inducen urticaria se incluyen estímulos mecánicos, térmicos, ejercicio, exposición solar y exposición al agua; como es en el caso de Ashleigh.

La urticaria acuagénica (UA) es una forma poco frecuente de la que existen pocos casos en el mundo y ocurre después de estar en contacto con agua, a cualquier temperatura y en cualquier condición. Fue reportada por primera vez en 1964. Para "investigar el cuadro de UA se utiliza una compresa de agua de 35°C sobre la piel por 30 minutos que determina la aparición de la roncha", explica un trabajo publicado por la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica. El dermatólogo que atiende a Ashleigh, el doctor Rodney Sinclair, cree que desarrolló esta condición luego de una alta dosis de penicilina que le dieron para tratar una amigdalitis a los 14 años, que alteró sus niveles de histamina (el mediador químico más conocido de las reacciones alérgicas).

Las consecuencias de la UA en ella son tremendas. Cuando se moja cualquier parte del cuerpo le salen grandes ronchas que tardan horas en desaparecer. Incluso le generan una fuerte picazón. Sin poder contenerse; muchas veces se rasca tan fuerte que llega a lastimarse. Pero el mal de Morris no pasa sólo por mojarse, sino que su propia transpiración también la afecta provocándole una dolorosa erupción. Para vivir lejos de las ronchas, permanece en lugares con aire acondicionado y un paraguas la acompaña a todos lados, para así evitar así tanto la lluvia como el sol (por el sudor).

"Por un tiempo no pude creer lo que me pasó, pero después tomé conciencia de lo serio que era esto. Lloré y después miré para adelante. Me di cuenta que era algo con lo que iba a tener que vivir", declaró en una entrevista al Daily Mail. El único contacto que Ashleigh tiene con el agua son unas breves duchas que toma todos los días, de un minuto de duración cada una. Ella explica que debido al dolor que le causan las ronchas, no puede permanecer más tiempo bajo el agua. "Mucha gente no entiende cómo vivo y me preguntan todo el tiempo cómo hago para asearme, y eso me hace sentir sucia, aunque me considero una persona muy limpia", contó.

"Aunque mi erupción sea antiestética y luzca cómo si sufriese una enfermedad, el sentimiento y el dolor es mucho más duro de lo que se ve. Después de ducharme tengo que quedarme en mi hogar cerca de dos horas por las ronchas", explicó. Cuando se encuentra lejos del agua parece una adolescente sin ningún problema pero que cuando se moja atrae una atención indeseada: "La gente se me queda mirando en la calle, por eso después de bañarme me quedo en casa, para liberarme de la carga de tener que explicarle a todo el mundo qué me pasa".

Es que Ashleigh, pasa mucho tiempo explicando lo que le sucede a médicos y amigos que nunca escucharon hablar de la urticaria acuagénica. "La mayor parte de las personas ni siquiera me creen cuando les cuento", declaró. Su novio desde hace tres años, Adam, es muy comprensivo: "Debemos dormir con una sábana que nos separe porque no puedo acercarme a él si está sudoroso".
Por el momento, no existe cura. Por el momento, no existe cura. Por el momento, no existe cura. Por el momento, no existe cura. Por el momento, no existe cura. Por el momento, no existe cura. Por el momento, no existe cura.